La boca se comunica con el estómago a través de un conducto llamado “esófago”, este tiene dos compuertas uno en la parte superior para evitar cuando estemos comiendo los alimentos se vayan al sistema respiratorio y otro en la porción inferior para evitar que el ácido quemante del estómago suba al esófago. 

Si la compuerta inferior esta dañada por alguna razón (hernia, incompetencia, alteración en la motilidad) el ácido puede subir al esófago y al entrar en contacto este puede quemarse y generar inflamación, ulceras o algo llamado esófago de Barret. 

El tratamiento es muy amplio y depende del origen del reflujo desde medicamentos, procedimientos endoscópicos y cirugía, por esta razón el tratamiento debe individualizarse con cada paciente.